Los taxistas europeos protestan contra el intrusismo de los servicios móviles


Un taxista descansa en el interior de su taxi durante una manifestación del gremio en Londres, Reino Unido, este miércoles 11 de junio de 2014.


11-06-2014
| FACUNDO ARRIZABALAGA


Miles de taxistas de grandes ciudades europeas se han movilizado este miércoles contra el intrusismo que, a su juicio, favorecen aplicaciones para teléfonos móviles como Uber, aunque la Comisión Europea opinó que benefician al consumidor y fomentan la actividad emprendedora.



Uber, la empresa norteamericana que se ha convertido en el objetivo de las protestas del sector del taxi europeo, calificó este miércoles de«desmesuradas» las movilizaciones.



En un comunicado, la empresa opinó que los taxistas sólo pretendenmantener «un estado inmovilista y cerrar las puertas a nuevas alternativas al consumidor».

Las movilizaciones han causado dificultades en el tráfico de algunas grandes ciudades europeas, entre ellas Madrid y Barcelona.

En Barcelona, el Ayuntamiento cifró en cerca de 4.000 taxistas los participantes en dos manifestaciones, una por el centro de la ciudad y otra que ha realizado el trayecto entre el aeropuerto y la estación de Sants.

La capital española reunió a centenares de taxistas de toda España en un paro de 24 horas que dejó la ciudad prácticamente sin servicio de taxi y causó complicaciones en el tráfico.

Tras la marcha capitalina, que transcurrió por el Paseo de la Castellana, una de las principales arterias de Madrid, las principales organizaciones de taxis de España entregaron un escrito en los ministerios de Fomento, Hacienda, Trabajo e Interior.

El sector censura que servicios como los que presta Uber están al margen de la ley y agravan un problema recurrente como el del intrusismo profesional.

En el documento, los taxistas aseguraron que hasta ahora el intrusismo era «espontáneo y desorganizado», pero con estas nuevas herramientas para los celulares se «sistematiza y organiza a escala mundial como modelo de negocio», al tiempo que advirtieron de los riesgos de seguridad que implica para los usuarios.

Según la legislación española, quienes realicen servicios sin autorización cometen una infracción muy grave sancionable con multas de entre 4.001 y 6.000 euros, que podrían aumentar hasta 18.000 en caso de reiteración.

También pueden ser sancionados los usuarios que contraten los servicios de transportistas no autorizados, con multas de entre 401 y 600 euros.

Sin embargo, la Comisión Europea defiende las nuevas formas de transporte compartido e insiste en que el camino de las huelgas y movilizaciones no es la solución.

«Una huelga no va a funcionar: en lugar de herramientas de derribo lo que necesitamos es un diálogo real, donde hablemos de los trastornos causados por la tecnología», dijo la comisaria europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, en su blog.

Según la comisaria, aunque la llegada de este tipo de servicios hacen necesario ciertos ajustes, su existencia va ligada a la de los necesarios emprendedores y beneficia a los consumidores.

En Francia, se registraron cerca de 300 kilómetros de atascos a primera hora en las entradas a París, más del doble de lo registrado un día habitual, al salir en caravana cientos de taxis desde los aeropuertos de Roissy Charles de Gaulle y Orly en dirección a la ciudad, en una «operación caracol» que buscaba retener el tráfico circulando a baja velocidad.

Londres vio cómo se colapsaban varias calles del centro por la concentración de taxis, una movilización que, según el sindicato británico RMT, siguieron unos 10.000 «cabbies» -el nombre con el que se conoce a estos vehículos-.

En Alemania, más de 600 taxis partieron al mediodía desde tres puntos distintos de Berlín para concentrarse en las inmediaciones del estadio olímpico.

En Italia, cerca de 5.000 taxis de Milán pararon hoy y solo prestaron servicio a colectivos como ancianos, enfermos o discapacitados, mientras que en Nápoles, unos 150 taxis desfilaron por el centro de la ciudad contra Uber.

Fuente: Ultima Hora


Gabriel Moragues: ´En verano sobran unos 300 taxis, la crisis ha hecho mella. La escasez se produce en casos concretos´

El presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi, Gabriel Moragues (Palma, 1963), lleva casi dos décadas en el cargo y la única vez que otra candidatura se presentó para optar al relevo en la presidencia, el portavoz de los taxistas consiguió el 85% de los apoyos en unas votaciones en las que participaron el 80% de los socios. Existen cinco patronales del taxi en Palma, aunque la que preside Moragues tiene la mayor representación, con dos tercios de los taxistas. El sector es muy proclive a las protestas, pero este año se han intensificado, ya que ha habido amenazas de huelga por el nuevo sistema de turnos de trabajo –finalmente ganó la propuesta de su asociación– y el día 22 los taxistas bloquearon el aeropuerto indignados por la oferta ilegal.
–¿Sirvió de algo la movilización en Son Sant Joan?
–Parece que los inspectores de Transportes están un poco más concienciados, pero la solución definitiva no está a la vista.

–CCOO calcula que un 30% de los traslados de turistas desde el aeropuerto es irregular. 
–Creo que se quedan cortos, ya que no solo están los ilegales, sino también quienes están al borde de la ley y perjudican, pero la Administración no se molesta en controlarlos.

–¿Quiénes son?
–Muchos vehículos de VTC, es decir, con conductor. No pueden salir de sus garajes si no han sido contratados previamente. Sin embargo, se plantan todas las mañanas en el aeropuerto a la espera de que su empresa o una colaboradora les dé servicios. En el salpicadero tienen el nombre de un cliente para justificar que están esperando a alguien en concreto, aunque los inspectores no comprueban si es la persona que luego recogen. Además, es totalmente ilegal que traten de captar clientes ellos mismos. Pueden ocupar un espacio, pero no comercializar el servicio.

–Además de los taxis ´pirata´ y los VTC que no cumplen, ¿los taxis tienen más competencia desleal en el aeropuerto?
–Hay una decena de microbuses de más de nueve plazas que se dedican a ofrecer un trayecto a grupos de turistas cobrándoles por plaza, cuando el transporte discrecional se debe contratar por capacidad total. Esto es una ilegalidad y, como cobran más barato que un taxi, fastidian a tres o cuatro de nosotros con un solo minibús. La Administración tendría que sancionarlo.

–¿Por qué no lo hace?
–Mira para otro lado y además tiene escasez de inspectores. No obstante, no se entiende por qué no los aumenta, ya que con un sistema de inspección mayor se autofinanciaría sin problemas. Las grandes empresas tienen mucho poder en todo esto.

–Otro problema reciente del sector en Palma fue el sistema de turnos. Finalmente se optó por el referéndum y ganó su propuesta, la más restrictiva, con el 75% de votos. ¿Se están viendo resultados?
–Se acaba de aplicar, aunque lo que está claro es que la ciudad tiene un exceso de 500 taxis por una autorización masiva que se dio antiguamente. Palma tiene 1.240 licencias. En verano sobran al menos 300, porque la crisis ha hecho mella.

–En temporada alta a veces hay escasez de taxis en la ciudad.
–Se produce en un momento concreto, de una hora, cuando se juntan varios cruceros en el puerto a mediodía y hay taxistas que están comiendo.

–¿Y los fines de semana por la noche?
–Eso hace años que no pasa. De forma aislada, pueden escasear taxis a las seis de la mañana, ya que cierran las discotecas y los clientes apuran hasta el último momento. Quien sale a las tres o las cuatro tiene taxis de sobra.

–¿Cómo ha cambiado al sector la llegada masiva de cruceros?
–Primero muy positivamente y ahora solo positivamente. Antes ir de crucero era un lujo. Ahora se lo pueden permitir muchas personas con un menor poder adquisitivo, lo que repercute en el taxi. De todos modos, cuando hay cruceros los aprovechamos al máximo y de ahí que el nuevo turno de horarios sea mejor, ya que el sector se autorregula.

–¿Por qué hay problemas para llegar a acuerdos con Cort?
–Cort es el único órgano que no se maneja por representatividad de las diversas asociaciones. No es lógico que una que representa a 29 personas, por ejemplo, tenga la misma voz y voto que una que representa a dos tercios del sector, como nosotros.